miércoles, 2 de octubre de 2013

15 minutos para derribar un muro


El Nápoles no conocía la derrota en la presente temporada, todos los partidos habían caído del lado del nuevo club de Rafa Benítez, a excepción de un desilusionante empate hace una semana en San Paolo ante el débil Sassuolo. Incluso ganaron con claridad al Borussia Dortmund en la primera jornada de Champions con una actuación que mostró todas sus fortalezas, una presión perfecta y contundencia en el remate.
No obstante, enfrente tenían a un Arsenal lanzado, que perdió en la primera jornada de Premier League y a partir de ahí sumó nueve victorias consecutivas, diez con la de anoche, incluyendo la previa ante Fenerbahce y la clasificación en la primera ronda de la Copa de la Liga.
Con las bajas de Cazorla, Walcott y Oxlade-Chamberlain, esta por un largo periodo de tiempo, Wenger sacó a relucir un centro del campo plagado de jugadores dispuestos a dominar el partido. Wilshere se quedó en el banquillo y en su lugar jugaron Flamini, Rosicky, Arteta, Ramsey y Özil. Giroud quedó como único delantero aunque no por ello su trabajo quedó limitado al área como se vería en los dos goles anotados por el Arsenal.
XI Arsenal contra Nápoles (1-10-2013
Esos dos tantos llegaron en el primer cuarto de hora, cuando los londinenses pasaron por encima de su rival con un juego de posesión rápida, movilidad de todos los jugadores, incluido Giroud y ambos laterales, claves para ensanchar un campo plagado de centrocampistas. Özil dio la sensación de haber jugado durante una década con sus compañeros y demostró todo su talento primero con el gol y luego con la asistencia a Giroud.
Ramsey también brilló, protagonizó la acción del primer gol y con su velocidad y determinación fue imparable en tres cuartos de campo. De los otros tres centrocampistas, Rosicky fue el más impreciso con el balón en los pies aunque ofreció un importante trabajo defensivo. Al igual que Flamini o Arteta que cumplieron con una rápida recuperación de balón que hizo imposible el contragolpe rival.
En ambos tantos Giroud dejó claro que no es solo un rematador, de ahí que iniciase ambas acciones en el costado derecho. Si a ello se une la capacidad en el último pase de Ramsey y Özil más una defensa superada por todas partes, el resultado no puede ser otro que el gol.
En el 1-0 Giroud baja el balón cerca de la línea lateral, atrae dos defensores y Ramsey queda liberado para internarse en el área. Durante la carrera los dos centrales y el mediocentro defensivo intentan llegar a su posición, lo que crea el espacio necesario para que Özil remate en posición cómoda, al primer toque.

Para el 2-0, Giroud encontró a Özil de nuevo en la derecha. Nada más dar el pase, el francés se incorporó al área, mucho más rápido que Britos (1) e inteligente que Albiol (2), que corrió hacia la internada de su ex compañero facilitando el espacio para el remate de Giroud. Tampoco consigue leer la jugada Behrami (3), que, situado al borde del área, apenas llega para molestar en la finalización.


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